Es imposible predecir ni imaginar lo que te deparará cada boda. Conocí a Elvira y Javier y muy pronto me sentí uno más. La naturalidad de Javier es desbordante, su amabilidad deja claro que Elvira está en muy buenas manos. Ella es alegre y dulce. Son esa clase de pareja que disfrutan la vida en compañía, es su máxima. y eso se nota. Los momentos que vivimos aquel día quedarán en nuestros corazones, sonrisas y lágrimas aparecieron a lo largo de la velada.
Se casaron en el Gran Hotel la Florida, situado en lo alto del monte Tibidabo. Un lugar espectacular con vistas panorámicas de la ciudad de Barcelona. La historia empieza por aquí…